Nunca tuve la oportunidad de conocer a don Fernando Guarch, dueño original de la fabulosa residencia que es hoy el alquiler a corto plazo Casa Mirsonia, pues era un bebé de un poco más de tres meses cuando él dejó su cuerpo físico. Por lo menos nos cruzamos en este plano existencial, the kid next door llegando, y él saliendo. Fuera de la experiencia directa de mi familia, no sé mucho, he recurrido a datos que he encontrado en archivos digitales de periódicos para complementar este artículo. Si tienes alguna información de Fernando Guarch que te interesaría compartir y ver publicada en este portal, por favor envía un email a: webmaster@casaguarch.org
INGENIERO AGRÓNOMO
En la edición del semanario Puerto Rico Ilustrado del 18 de septiembre de 1915, leíamos: "Se encuentra en San Juan el estimadísimo joven don Fernando Guarch, quien acaba de regresar de los Estados Unidos luego de cursar con brillantes notas la carrera de Ingeniero Agrónomo. El señor Guarch se halla emparentado con familias que disfrutan de merecido aprecio en Puerto Rico. Le reiteramos nuestro saludo".
Don Fernando Guarch había heredado una hacienda de nombre San José localizada en Caguas, que había sido establecida a principios del siglo diecinueve (XIX) por su tatarabuelo, un español valenciano de nombre José Ríos. Hasta 1863 la Hacienda San José era líder en producción de azúcar, ron y melaza en todo el área de Caguas. El advenimiento de la nueva Central Santa Juana en 1906, con su moderna maquinaria, obligó a que la Hacienda San José, en conjunto con otras viejas haciendas, cesaran la producción de azúcar y se convirtieran en colonos (suplidores de caña) de la nueva central. Hacienda San José continuó produciendo la azúcar mascabado hasta 1910.
CENTRAL DEFENSA
En 1920, un grupo de colonos de la Central Santa Juana decidió instalar un ingenio azucarero al que llamaron Central Defensa. Don Fernando se convirtió en uno de sus más importantes accionistas, posiblemente el más importante. El intrépido ingenio azucarero se construyó cercano a la antigua Hacienda Santa Catalina, con la antigua maquinaria de la difunta Central Corsica, que estaba en Rincón. La primera molienda fue en 1923. Establecida en mal momento, la empresa empezó con el pie izquierdo y Central Defensa terminó vendiéndose ese mismo año a la Caguas Sugar Company.
GRAN JURADO
El 28 de abril del año 1923, el periódico El Mundo dio a conocer los nombres de los integrantes del Gran Jurado de la Corte de Distrito San Juan. Figurando en el primer lugar de una lista de sobre veinte ciudadanos probos, estaba don Fernando Guarch.
SHETLAND PONIES
Me estuvo muy simpático que para las Fiestas Navideñas de 1924 y el Día de Reyes de 1925, don Fernando Guarch hiciera una serie de pautas comerciales en la sección de Anuncios Económicos del periódico El Mundo, para promocionar unos Shetland Ponies que estaba vendiendo desde su Hacienda de Caguas, que describía como unos caballitos domesticados, indicando que eran magnífico regalo de Reyes para niños.
NIMACA SHOE FACTORY
Para el año 1927 don Fernando Guarch aparecía como accionista junto con otras dos personas, de la primera y única fábrica de zapatos en ese momento en Puerto Rico, Nimaca Shoe Factory, presumiblemente fundada en 1923. El edificio estaba ubicado en la Carretera Nueva (hoy Avenida Ponce de León) en la Parada 22 de Santurce. La fábrica operó por seis años, luego del cierre, sus activos fueron subastados en 1929.
TERRAZA DEL PARQUE
Para la época cuando empezaba a desarrollarse la exclusiva urbanización Terraza del Parque, allá para mediados de los años treinta, don Fernando le compró dos solares al licenciado Enrique Campos del Toro, el desarrollador de la urbanización, (el abogado le había comprado la finca anteriormente a la Porto Rico Railway, Light & Power Company, mejor conocida como la compañía del trolley). El primero de los solares estaba en la Calle Mirsonia, el segundo solar en la Calle Las Marías, ambos teniendo en común la Calle Frederick Krug. En el primer solar construyó su fabulosa residencia en el estilo arquitectónico que llamaban modernista, que financió con un préstamo FHA (uno de los primeros en aquella época) del Banco Popular, el otro solar lo dejó sin hacerle nada, posiblemente con la idea de una inversión para el futuro.
A principio de los años cincuenta, don Fernando puso el solar contiguo a la venta, que permanecía sin desarrollar. El lote fue adquirido por mis abuelos maternos y tíos abuelos, donde hicieron una casa de dos pisos. Aproximadamente a cuatro años de terminada la residencia, el vecino agrónomo dio su cambio el 18 de abril de 1956.